FUENTE: COALICIÓN CANARIA
Una calle desolada, poca iluminación y un contenedor de basura volcado. Bolsas de residuos abiertas y restos desparramados en las supuestas aceras.
¿Caminaría solo por allí?
Puede que su sexto sentido le indique que no.
Pero no es solo el instinto lo que nos impide avanzar por esa vía, hay toda una teoría detrás que desde hace varios años refuerza la idea que tener calles más limpias y ordenadas, espacios públicos iluminados y bien mantenidos pueden desalentar a los ladrones y pandillas de asaltadores.
Los barrios urbanos de Agüimes son el hogar del 50% de la población menos favorecida del municipio. Allí, donde viven estos vecinos, los espacios muchas veces carecen de infraestructura básica, poca limpieza de jardines, pasillos y muros en mal estado, tapas de alcantarillas levantadas y poca seguridad.
“Un espacio con desorden y basura es percibido por los ciudadanos como que no hay personas cuidando ese lugar”, explica John Morton, experto ambiental del Banco Mundial. Así, si la corporación municipal no gestiona los barrios y tolera el desorden, ya sea tirar basura o calles sucias, podría producir – hipotéticamente- un ambiente más propicio a la delincuencia. Estas formas de desorden pueden servir como señales a los asaltadores de que los delitos no serán ni denunciados ni controlados, es decir, que nadie está a cargo. “Es el síntoma y también es parte de la causa”.
En barrios como Montaña los Vélez, Montaña del Cabezo, La Goleta, Polígono residencial, se deben llevar adelante actividades puntuales como programas para desarrollar habilidades, programas de apoyo a las familias y otros, que aborden los múltiples factores de riesgo que provocan los robos y la violencia en las zonas, además la falta limpieza y jardines en las zonas.
Vecinos más seguros
Sacar la basura de las calles es parte de una estrategia más amplia, una metodología que proponemos desde Coalición Canaria, que busca reducir las oportunidades de cometer delitos, así como minimizar el temor de la comunidad a través del diseño de municipios más seguros. La estrategia tiene que ver con que los vecinos recuperen y se apropien de los espacios públicos, las plazas. No tiene que ver con “mano dura” sino con la mejora de espacios urbanos.
“Para sentirnos seguros en nuestro municipio necesitamos recuperar algo que hemos perdido, el contacto humano” “Necesitamos conectarnos con los vecinos para sentir seguridad”, afirmó.
En el mantenimiento de esos espacios, la gestión de residuos y limpiezas varias tiene un papel central a través de mejoras en la recolección, la limpieza de las calles, la optimización de contenedores y programas que incentiven la reducción de basura.
Parte de la solución
“Limpiar no va a arreglar todo, pero definitivamente ayuda”, dice Vélez. “El desorden físico es tan solo uno de los síntomas de muchas otras carencias. Esos mismos barrios muchas veces no tienen una escuela secundaria cerca donde los jóvenes puedan estudiar o no hay acceso a servicios básicos”, explica. “No hay una píldora mágica, pero hay evidencia empírica en los barrios donde estrategias comunitarias en las que se trabajan con los factores que inciden en las acciones vandálicas y atentados contra la población en riesgo han funcionado”, concluye.
Por esta razón, programas con una mirada holística son clave para la reducción del vandalismo. Existen, de hecho, iniciativas que involucran la participación de los jóvenes no solo en la gestión de los residuos sólidos en su comunidad, sino también como una actividad alternativa a los robos acaecidos y la violencia, no podemos presumir de ser un municipio seguro, debemos demostrarlo y para ello, es de suma importancia trabajar en una estrategia de igualdad entre todo los barrios, no importa el lugar donde se resida, es el valor del municipio en su totalidad, concluye Vélez.