FUENTE : 20 MINUTOS
Paula López firmó en 2006 una hipoteca a 40 años por el piso de Madrid en el que vive con su marido y sus dos hijos, de 8 y 9 años. López se embarcó en un crédito creciente pensando en que la vida no era una góndola y que futuro significaba progreso. Sin embargo, en 2023 la familia, no solo no se baña en dólares, sino que la cuota de la hipoteca le ha saltado de 390 a 922 euros al mes: "Una auténtica revolución".
López recuerda que su hipoteca creciente, en la que se amortiza muy poco los primeros años, se publicitaba con el eslogan de 'Despreocúpate'.
"Hasta que te tienes que preocupar. Como ahora, que ya estamos en 922 euros al mes y la hipoteca va a seguir subiendo. En septiembre estaremos por 1.028 y podríamos llegar hasta los 1.300 ó 1.400 euros".
López está entre los cuatro millones de hipotecados a tipo variable que se calcula que hay en España. A ellos les afectan directamente las subidas de los tipos de interés acordadas por el BCE, una escalada rampante en ocho escalas nunca vista antes. En teoría, esta medida macroeconómica persigue un propósito antinflacionista, pero por el camino trastoca las cuentas, y las vidas, de millones de españoles.
Ayuda económica para la hipoteca.
El alza de los tipos obliga a las familias españolas a pagar un 46% más por sus hipotecas que en 2019
Paula López explica que al ver la nueva cuota de su hipoteca (922€) acudió a su banco a informarse de si podía cambiar a tipo fijo. La respuesta negativa fue tajante. Y eso les obligó a pedir que revisaran si sus circunstancias encajaban en los requisitos del Código de Buenas Prácticas firmado en 2022 por las entidades bancarias para clientes hipotecarios en situación de vulnerabilidad.
"Acabamos de empezar una burocracia infinita con el banco, al que le interesa que no dejemos de pagar. Si nos lo conceden mejorarán las condiciones los próximos cinco años, pero el sexto, en 2029 nos volveremos a encontrar con un problema si esto no se resuelve". A la espera de que le rebajen la cuota por los intereses un plazo razonable, espera poder seguir pagándola. "Si no es así, tendremos que dejar la casa", se lamenta.
Javier Rubio, abogado del Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES) y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), corrobora que el Código de Buenas Prácticas de 2022 abarca más situaciones que el original, logrado a raíz de la ola de desahucios en 2012, pero constata que es una fórmula "con la que respiras, pero no amortizas, por lo que te volverás a encontrar con el problema más adelante". Y, además, no sirve a todos los casos: "Los requisitos siguen siendo muy exigentes".
Rubio explica que una hipoteca con avalistas, algo muy habitual en España, no puede acogerse a este beneficio. Tampoco las superiores a 300.000 euros o si la cuota rebasa el 50% de los ingresos. "Los bancos se rigen por este código y normalmente funcionan de manera muy burocrática con los clientes. Entras por un carril y no hay miramientos, si cumples las condiciones bien. Si no, nada".